ASEGRE se suma a la campaña europea contra los gases HFC ilegales

Los gases fluorados se utilizan principalmente en equipos de producción de frío y calor y tienen un alto potencial de calentamiento atmosférico. En algunos casos, se introdujeron para sustituir otros gases que dañaban la capa de ozono. En la actualidad, estos gases se utilizan en frigoríficos, congeladores, bombas de calor y equipos de aire acondicionado de edificios y automóviles, así como en equipos industriales. Dentro de este tipo gases está el de los hidrofluorocarburos (HFC), que sustituyeron a los CFC en la producción de frío, agentes espumantes, disolvente, extintores y propelentes.

En España, el Real Decreto 115/2017 regula la comercialización de gases fluorados con efecto invernadero, así como la correcta manipulación profesional de equipos que los contengan para que estos gases no se liberen a la atmósfera. Asimismo, este RD prevé que el certificado de manipulación de gases fluorados en equipos de refrigeración y equipos de protección contra incendios tenga validez para las actividades de desmontaje de los equipos. También incluye la obligación de que se traten en instalaciones específicamente autorizadas y prohíbe el tratamiento de residuos, como los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) con HFC.

Sin embargo, a pesar de todo este marco normativo y sus correspondientes sanciones, existe un mercado de contrabando de los gases HFC que entra en los mercados europeos y que pone en riesgo los objetivos climáticos de la Unión Europea si no frenamos su comercio ilegal. Se estima que los HFC ilegales podrían alcanzar los 34 millones de toneladas equivalentes de CO2, el 33% del mercado legal de HFC de la UE.

Esto ha llevado a ASEGRE a sumarse a la campaña “Say no to illegal HFCs” creada por el Comité Técnico Europeo de Fluorocarbonos (EFCTC). Este Comité ha creado una hoja informativa que muestra lo que se puede hacer para evitar este comercio ilegal. Se puede descargar aquí

La realidad es que las cantidades de gas recogidas por los gestores para regeneración y eliminación son muy inferiores a las esperadas. Para evitar todos estos problemas, es necesario dedicar interés y medios para el control y seguimiento de la gestión de estos residuos peligrosos. También, establecer una mejor coordinación e intercambio de información de todos los agentes involucrados en la distribución de los gases, uso, mantenimiento de equipos, gestión de residuos y administraciones públicas.