Los RAEE en el World Resources Forum

El pasado mes de febrero tuvo lugar el World Resources Forum en Bégica y en esta edición contó con la Agencia de Residuos de Flandes como organizadora. Bajo el paraguas de la economía circular, este foro organizó diversas jornadas y presentaciones. Una de las destacables es la que se dedicó a los flujos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).

La European Electronics Recyclers Association (EERA) y el WEEE Forum organizaron una sesión donde se evaluó cómo mejorar el reciclaje de estos residuos y evitar el escenario actual en Europa donde por cada tonelada de RAEE que se recicla, otras 2 toneladas quedan sin tratar. Esta jornada tenía como base un interesante estudio que esta asociación encargó al Instituto para el Medio Ambiente de la Universidad de las Naciones Unidas, la rama académica de este organismo internacional.

A pesar de que las obligaciones en materia de RAEE existen desde hace 16 años, seguimos encontrando problemas como robos de residuos, exportaciones ilegales, canibalizaciones y tratamientos en plantas no autorizadas. Esto ocurre en promedio para el 22% de RAEE en la UE y para dos tercios de los equipos de intercambio de temperatura, produciendo un importante daño ambiental. A modo de ejemplo en la UE, la canibalización de frigoríficos equivale a 8 millones de toneladas de CO2.

En el caso de España, es muy necesario resolver estos problemas, especialmente la recogida ilegal y el robo de RAEE en los puntos limpios.

Otro punto a resolver es el de las exportaciones ilegales. A modo de ejemplo, un reciente informe elaborado por la Fundación EQUO y la organización Basel Action Network (BAN), muestra que varios países de la UE, España incluida, exportaron ilegalmente más de 350.000 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos durante los últimos dos años.

Para evitar estas malas prácticas, desde nuestra asociación consideramos especialmente importante la modificación del régimen de responsabilidad del productor para que se comparta a lo largo de la cadena de gestión. Así se buscarán lo mejores tratamientos para cada residuo, tal y como ya está ocurriendo en Francia, Alemania y Reino Unido.